Aunque parezca mentira, la solución que han encontrado hasta ahora para frenar el deshielo del glaciar suizo del Ródano, es cubrirlo con mantas.
El objetivo principales salvar la principal atracción turística del lugar, una increíble cueva artificial excavada cada año en el hielo desde 1870.
David Volken, glaciólogo que trabaja para el ministerio suizo de Medioambiente, explicó que a lo largo de los últimos ocho años tuvieron que protegerlo con mantas, las cuales reducen el derretimiento en un 70%, para evitar que desapareciera.
Si bien es relativamente efectiva, esta solución es temporal. Se estima que con las mantas se podrán frenar los efectos del sol por uno o dos años, pero luego habrá que retirar las mantas y el hielo habrá desaparecido.
Dese 1856, el glaciar del Ródano también perdió casi 350 metros, 40 de los cuales desaparecieron a lo largo de la última década.
Cada año el glaciar pierde entre 5 y 7 metros de espesor, por lo que se estima que en la próxima década su volumen va a reducirse a la mitad.
Lo más preocupante es que el Ródano no es el único glaciar en peligro. Diferentes estudios indican que los Alpes han perdido dos tercios de sus hielos permanentes desde 1850.
La comunidad internacional se reunirá en diciembre en París en una conferencia auspiciada por la ONU destinada a limitar el calentamiento global a +2ºC, con respecto a los niveles previos a la Revolución Industrial, y luchar contra sus efectos sobre el medio ambiente.
Pero puede que ya sea demasiado tarde para los glaciares alpinos, ya que al igual que el Ártico y la Península Antártica, estas montañas están consideradas «puntos calientes» en los que la temperatura aumenta dos veces más rápido que la media global.