En Los Angeles, un sistema de embolsado de agua intenta reducir los efectos de la sequía más catastrófica de la historia del estado norteamericano cubriendo los principales embalses que surten a la ciudad con una capa de 96 millones de pequeñas bolas de plástico.
Estas Shade balls (así se denominan las bolas), son esferas de 10 centímetros de diámetro, huecas y completamente estancas fabricadas en polietileno negro. Al aroojarlas sobre la superficie del agua en la cantidad suficiente, forman una capa que evita que la luz del sol evapore el agua. Se trata de una solución simple que contribuirá a evitar que desaparezcan más de 1,3 millones de metros cúbicos de agua al año. La producción de cada Shade ball cuesta 36 centavos de dólar. Hasta el momento, la alcaldía de Los Ángeles ha invertido un total de 34,5 millones de dólares en esta iniciativa.
El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, se puso al frente de la iniciativa y descargó 20.000 «bolas de sombra» en un depósito acuífero. “El impacto de la sequía ha llegado a tal punto que no se puede desperdiciar ni un litro de agua”, dijo el funcionario.
Garcetti salió al cruce quienes objetan el impacto su impacto visual de las bolas: “los envases no sólo evitarían la evaporación, sino también que los animales contaminen un recurso cada día más escaso”, asegura.
La estrategia se traduciría en el ahorro de 300 millones de galones de agua al año, suficientes para abastecer a 8.100 personas por un año.