Nueva vida para las tapitas


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El arquitecto Francisco Ribero quiso darle una nueva oportunidad a las piezas plásticas que tanta gente descarta. Descubrió en las tapitas de gaseosa, mosaicos con los que crea baldosas de diseño y murales inspirados en Lionel Messi, el Che Guevara y Julio Cortázar.

Lo que para unos es basura, para otros es materia prima. En estas vueltas de la vida, la misma propiedad cíclica de las cosas, algunos descubren que todo tiene una segunda oportunidad. Se aferran a esa premisa y se olvidan de la utilidad de una cosa para darle un nuevo uso, un nuevo motivo para seguir existiendo.

La oficina de diseño porteña, #DesignNoTrash, interviene las tapitas de plástico (sólo las de gaseosas) y las transforma en mosaicos que luego se pueden aplicar en pisos, paredes, mobiliario y guardas. También destina esta materia prima para realizar proyectos urbanos y sociales.

Ribero, junto a su socia, la periodista Cecilia Fortunato tuvieron la idea de construir mosaicos con materiales no convencionales. Así nació, en 2008, el proyecto Pisotapitas, un sistema que permite darle un estilo único y sustentable a cualquier espacio.

Desde el porteño barrio de Barracas, elaboran las placas a partir de la repetición del sistema de mosaico veneciano junto con un papel engomado. Así nacen las piezas, que se venden en packs de 9 unidades y que alcanzan para cubrir una superficie de medio metro cuadrado. También hay paquetes de guardas, suficientes para revestir una cocina o un baño, y productos con diseños especiales, como rostros de reconocidos personajes reconocidos.

Francisco compra al Hospital Garraham las tapitas que la institución recolecta en sus campañas solidarias. Además, se vale de diferentes ONGs que funcionan como centros de acopio de este insumo.

A la intemperie, las Pisotapitas pueden durar entre 100 y 400 años. “Una tapita suelta es un gran problema, pero al utilizarlas como piso, su resistencia termina siendo favorable”, reflexiona el arquitecto.

Recibido en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA), Ribero apuesta a la sustentabilidad a futuro y a la reutilización: “El mundo no termina con nosotros sino que sigue con los que vienen. La idea es dejar un mejor lugar”, subrayó el inventor de este sistema que no tiene precedentes en Argentina ni en el mundo.

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